La cultura es el alma de un país; el cine, su rostro: Arau
El 80 por ciento de la población en México, es decir, unos 90 millones de personas carecen de acceso al cine en la actualidad y, en palabras de Alfonso Arau, se trata de una “tragedia cultural nacional”, por lo que es necesario emprender una cruzada para “hacer un montón de cinitos en cada pueblo” del país.
En entrevista, el prestigioso director, actor, productor y guionista explica –en tono siempre afable y didáctico- la importancia de que el pueblo mexicano redescubra el cine, que vuelva “a estar” en las salas de cine, a precios asequibles para el grueso de la población.
“Nosotros pensamos que la cultura es el alma de un país y que el cine es su rostro. Es muy importante que el rostro de nuestro país sea proyectado al mundo de una manera positiva”, afirma tajante el director de Como agua para chocolate (México, 1992); la película mexicana de mayor éxito en la cartelera comercial de los Estados Unidos.
Para ello, precisó, se requiere bajar el precio del boleto de entrada a las salas de cine con lugares donde la gente pueda pagar diez o 20 pesos para ver una película de calidad. “Un matrimonio con sus dos hijos tiene que gastar 500, hasta mil pesos por ir al cine. Dime, ¿quién tiene ese dinero en nuestras capas más socialmente desprotegidas? Entonces que haya lugares dónde ir y que no se preocupen tanto por cuántas películas. Las películas malas van a fracasar y las películas que le interesen al público van a triunfar”.
En segundo lugar, es necesario que las leyes promuevan y defiendan el cine mexicano ante las grandes competencias que hay en el mundo entero e involucrar al capital privado en la producción de cine nacional.
“Que legislen para que los productores sean gente de iniciativa privada, porque siempre que el gobierno produce cine, siempre se crean corrupción, favoritismos, etcétera y no necesariamente termina filmando el que tenga más talento, sino el que tiene más amigos”.
Respecto al auge de las plataformas de transmisión de películas en línea, tales como Netflix, el realizador se mostró confiado en que pese a su éxito de penetración, sobre todo entre la clase media mexicana, el cine –como ritual social- tiene aún larga vida.
“Entiendo a Felipe Cazals que nosotros los cineastas estamos un poco tristes, de que haya disminuido la influencia del cine. Pero es solamente una interpretación incorrecta, porque no ha disminuido: los cines están más llenos que nunca en todo el mundo”.
“Yo hago esta reflexión”, continuó Arau, “también podemos ver gratis en la televisión la pelea de Las Vegas o el mundial de futbol, y ¿por qué de verlo en la casa nos vamos a un bar donde hay más gente? Porque el ser humano es gregario y le gusta estar donde están otras gentes; así que el cine no va a desaparecer nunca”.
Reconoció, sin embargo, que la televisión está cooptando el talento de directores, actores, guionistas y cinefotógrafos, debido a la tendencia actual de realizar megaproducciones de cine “a las que les meten un dineral”.
Sintetiza Arau: “el mejor cine se está haciendo, en este momento, en las series; en la televisión está la gente más talentosa”. ■
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